Estudiantes de la Sede Málaga participan en las charlas del programa "Delinquir no Paga", una iniciativa del INPEC que busca prevenir a la población juvenil frente al delito.
La actividad realizada por el INPEC con el apoyo de Bienestar Universitario de la Sede, inició con la realización de una serie de talleres de inducción al programa, en donde se explicó la experiencia y la actividad que se realizaría en la cárcel, así como el compromiso que se adquiere una vez regresen a su casa y universidad.
Las charlas con los internos del Establecimiento Penitenciario de Mediana Seguridad y Carcelario de Málaga pretenden que el joven estudiante confronte la realidad que lo rodea, se forme un pensamiento crítico frente a la misma, adopte una postura de autorregulación ética y contribuya, mediante su compromiso personal, a la formación de otros y otras mediante la multiplicación pedagógica de su experiencia dentro de su comunidad.
DELINQUIR NO PAGA
Alirio Rodriguez Prada, Profesional Universitario encargado del Programa "Delinquir no paga" del INPEC en Málaga |
Este proyecto, que 'pone a conversar' el sistema carcelario con el educativo, empezó en 2004 con un piloto de 37 instituciones educativas de Medellín, Caldas, Bello y Envigado. Grupos de 30 participantes por día, entre docentes y estudiantes, vivieron una experiencia pedagógica de inmersión en la cárcel durante seis horas, con la coordinación de internos previamente capacitados. Posteriormente, en cada institución educativa, los multiplicadores empezaron un proceso de generación de conciencia entre sus compañeros, apoyándose en los videos y cartillas que les suministró el Plan Congruente de Paz de la Gobernación de Antioquia, a través de la Asesoría de Noviolencia.
Con la experiencia se han obtenido resultados como: cambios concretos de mentalidad de los participantes, al punto de adoptar un proyecto de vida fuera de las armas y de la delincuencia: muchos quedan absolutamente convencidos e impactados al conocer la realidad de las cárceles.
Las y los internos facilitadores, asimismo, sienten que están haciendo algo bueno por la juventud y cambian su mentalidad. Muchos de ellos, cuando recuperan su libertad, siguen haciendo pedagogía, desde su propia experiencia de vida, para prevenir el delito.
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